Algunos años te dediqué muchas uvas para que pudiera vivirlo y nadie me contara, para que lo pusieras en mi vida, para que me presentaras a esa persona que me haría ver mi mundo como nunca lo hubiera visto, que me hiciera temblar, que no fuera uno más, un error en un bar o un mal trago como los pasados. Te pedí mucho que me enseñaras a querer de verdad. Este año todo eso no importa, olvida todo lo que te dije, te tengo un deseo distinto, un poquito más oscuro pero lo quiero de verdad.
Querido año nuevo: olvídalo todo. ¿Cómo iba eso que todo mundo dice?, ah sí... "ten cuidado con lo que pidas". El problema ahora es que sé demasiado. Ya nadie me lo cuenta, ya me conozco cuando quiero, ya conozco esos sonidos y esos sabores, y la cosa es, que creo que ya no los quiero conocer. ¿Que si no valió la pena?, seguro me vas a preguntar, "eso ya no es una pregunta pertinente" te puedo contestar. Algún día lo fue, y la respuesta era un claro sí, obviamente valió la pena, pero eso ya está de más. Lo que más quiero es a mi de regreso. Quiero a la niña que se aburría de las pláticas de los hombres en un bar, que se burlaba escéptica de los corazones enamorados, que todo lo pensaba fríamente, que no echaba de menos a alguien tan ajeno.
¿Es un deseo dificil de lograr?, pues sí, lo sé. Pero es que estoy harta del pop-funk electrónico romántico que abunda mis listas de reproducción, quiero que el punk y el hard rock regresen a mi corazón, quiero ahogarme con jagermeister y vodka para cantar a todo pulmón poison de alice cooper sin pensar en nadie que no sea yo, quiero que las calles vuelvan a ser calles nada más, que las canciones vuelvan a ser mías, quiero ser ese personaje de las novelas e historias que leo y tanto admiro, quiero tener mi vida clara, quiero saber hacia dónde estoy caminando, que la Ciudad de México vuelva a ser la ciudad de donde son mis padres y no la que quiero convertir en casa, quiero volver a esconder botellas en mi auto y fumar sin que nadie lo note. No vayas a malinterpretar mi deseo dosmildoce, no quiero que los borres de mi vida, son personas importantes para mí y me acompañaron en un tiempo muy memorable en mi historia, pero ¿no podemos guardarlos en una cajita y esconderlos muy muy profundo, a ladito de mi hígado o entre mis costillas, hasta que se me olvide lo que hacían de mí?
"Que dramática", seguro estás pensando, y pues sí, vaya que eso es una adjetivo que explico muy bien. Pero una vez más, te prometo que ya no me importa saberme así. No te pido esto sin fundamentos, lo que pasa es que yo sé bien que en mi vida hay muchas cosas, muchas personas, muchos proyectos, y todo esto conocimiento nuevo que tengo, sabe mejor que yo que en otro momento los viví más apasionadamente. Le tengo fé al futuro, a que la vida y algún otro año nuevo me traerá mejores momentos que los vividos, pero para ti que estás por llegar tengo otros planes. Y no quiero nada del 2011 en ellos. Por eso es que me quiero a mi de vuelta, y te lo voy a pedir en todas las uvas de medianoche. Si es necesario, podemos arreglar recordártelo en los duraznos, manzanas y fresas que me vaya a comer.
2012 escuchame otra vez. Al escribir esto me arriesgo a que llegue a ojos que me atemoriza que lean mis deseos, pero lo pongo en palabras para mí y para ti solamente. Para poder regresar a leerlo en voz alta cuando llegue un momento de confusión. Porque creo fielmente que las palabras lo hacen todo un poquito más real que guardarlo en pensamientos. Año nuevo recuérdales cuánto los quiero, que este deseo es por mí y no por ellos, ni por él. Diles que quiero olvidar todo para poder regresar a leer esta carta y pensar para mis adentros "ay Sofía, vaya que estabas hecha un nudito de sentimientos".
Olvídate a qué huele el df y como se sentía el viaducto lleno de camino a un concierto al foro sol, olvida cuál es el truco para abrir la puerta del departamento y conviertete en un turista más, olvídate de las palabras y las promesas dichas, de cómo no dejaba caer tu mano cuando la sostenía caminando, de cuánto cuesta el icee en los cines o la fecha exacta en la que iniciaste el año de estudios en Santa Fé. Deja muy atrás el sabor de la cerveza de barril, de los besos y del carmex de cereza que sigo sin encontrar. Olvídalo todo para que se vaya tanta neblina y pueda enfocarme en lo que me toca. En ser fría, ñoña, arriera, ciníca, sola, completa, capaz, ambiciosa, en intentar comerme al mundo, periodista, cineasta, investigadora, fotógrafa, cocinera, barman, adicta, irresposable, y sobre todo, olvidate de todo para regresar a ser feliz.
¿Ya ves año nuevo?, ves cómo ahora sí tengo razón. Cúmpleme mi deseo y permiteme olvidarlo todo. Ya verás como lejos de sus brazos y lejos de su recuerdo las palabras sabrán menos amargas y más mías.
"Good Ridance, 2011".
Atentamente
Sofía